Es increible la manera en que hemos perdido la conciencia poco a poco. Anexo unas fotos de algo que ví hoy en la mañana. Ya nada es nada. La gente no le tiene miedo a nada ni le para a nada, como se dice vulgarmente. Ya tampoco nos asombramos por nada. Aunque este es un caso común y corriente, visto a diario en nuestras calles, pero por lo menos en un tapón pude tomarle una foto cuando me dirigía al trabajo. Ni el pasajero se inmuta por esto, y el chofer mucho menos.
Se trata de un tipo que iba en una guagua pública, miren donde iba sentado. Como si fuera poco, en la puerta iban varios colgando y lo que es peor, cada neumático apuntaba a una dirección distinta de los demás y les faltaba aire.
Mátense ustedes mismos y no se rían:
Se trata de un tipo que iba en una guagua pública, miren donde iba sentado. Como si fuera poco, en la puerta iban varios colgando y lo que es peor, cada neumático apuntaba a una dirección distinta de los demás y les faltaba aire.
Mátense ustedes mismos y no se rían:
Aquí va la mejor que pude tomar:
Ah, aunque parezca monte todo eso, eso fue en Arroyo Hondo.
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